Aunque creo que es más exacto decir "volver a empezar". Otra vez el blog en blanco. Otra vez todo por decir o por escribir. Coincidiendo, además, con "el día"...
Se suele decir que se empieza de cero, pero lo cierto es que sólo se empieza así una vez en la vida, que es cuando naces. A partir de ahí, todo lo que hagas o dejes de hacer deja tras de ti y tras de sí un rastro. Bueno o malo, da igual. Queda ahí. Por eso nunca se puede empezar de cero. Lo hecho, hecho está. Si es bueno, siempre quedará un agradable recuerdo. Pero si no lo es, si es malo, dejará un rastro agrio, amargo, difícil de saborear.
La clave, creo, es aprender de los errores, saber reconocer cuándo, cómo y dónde te has equivocado, dejarte enseñar y aprender. Y si hay que volver con el rabo entre las piernas, agarrarse los machos y aguantar. Incluso haciendo cosas buenas hay que aprender, que seguro que hay otras maneras de mejorarlas.
Hoy vuelvo a empezar a emborronar las hojas blancas de mi blog, corriendo el riesgo de volcar el tintero sobre ellas y mancharlas. Pero seguiré asomándome a mi balcón, viendo el mar mientras dejo volar mi imaginación hacia ti, haciendo sonar los cubitos de hielo en mi copa y escribiendo cómo tu recuerdo, tu añoranza, tus miradas y tus caricias me hacen sentir bien, cómo tus palabras me hacen cambiar y cómo, estando a tu lado, quiero ser mejor persona.
Hoy sólo puedo decirte que te amo.
Preciosa declaración de amor, y de intenciones.
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